Como la señorita Z se negaba a salir con los príncipes i, e desde que se había enfadado, no había nadie que se quedara con
ellos cuando salían los reyes. Pero pasaban los días y los reyes echaban de
menos la alegría de sus hijos y la princesa O comenzaba a aburrirse sin sus
hermanos. Había que pensar una solución.
El Señor Estudioso que quería dibujar el
cuerpo de las letras para escribir libros, no podía formar palabras como ccccena, ccccine...
La enfermera C había nacido en una ciudad al otro lado
del mar; vino al País de las Letras a estudiar para ser enfermera, pero le
gustó tanto que se quedó a vivir y a trabajar en él.
Un día, al salir del hospital, la enfermera C se sorprendió al ver la cara de preocupación
que tenían todos y se acercó a preguntarles. Cuando se enteró también ella se
preocupó y empezó a pensar si no podría remediarlo. ”Tengo bastante trabajo, y salgo cansada, pero algunos días no
voy al hospital, y otros tengo la tarde libre. Además me gustan mucho los niños
y hablo varios idiomas, así que estoy dispuesta a hacer el trabajo de la
señorita “Z”. Y se fue a hablar con los
reyes. Quienes se lo agradecieron, avisándola de lo traviesos que eran.
El rey se fue muy
contento a contárselo a su familia, y la princesa I y el príncipe E saltaron de alegría cuando se
enteraron.
La primera vez que fue la
enfermera C a buscarlos se llevaron un susto pues como iba vestida de
enfermera, se pensaron que iba a ponerles una inyección, así que corrieron y se
metieron debajo de la cama.
La enfermera se lo explicó todo, que no le
había dado tiempo de cambiarse porque se le hacía tarde para llevarlos al campo
a buscar ccccerezas, que
estaban rojas y apetitosas. Salieron de debajo de la cama y le dieron la mano a
la enfermera C.
Ya en el campo, el príncipe y la princesa
jugaron tranquilos. Al regresar a casa llevaban un gran cesto lleno de ccccccerezas para sus papás. A la enfermera le dieron las gracias y un gran
abrazo. Ella les dijo que le había gustado mucho el paseo que habían
dado y que otro día los llevaría a cccccenar y al cccccine con permiso de sus papás.
Tenemos que tener cuidado de no confundir a la
señorita Z con la
enfermera C, porque la
señorita Z no sale
nunca con la princesa I ni
el príncipe E.
Y para reforzar la grafía y animar a la lectura os dejo algunas fichas:
FICHAS DE LECTURA
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